Los ordenadores también pueden ser utilizados para atacar y cometer crímenes en el mundo real (violaciones de los derechos de propiedad intelectual, fraudes con tarjetas de crédito, fraudes en la transferencia de fundos electrónicos, pornografía, etc.) e incluso terrorismo. Los terroristas suelen utilizar las tecnologías de la información para planificar y ejecutar sus actividades delictivas. Cuando esto ocurre, se le llama ciberterrorismo. El aumento de la interacción internacional y el uso generalizado de la tecnología de la información ha facilitado el crecimiento de la delincuencia y el terrorismo. Gracias a los avances en la tecnología de las comunicaciones, no es necesario que las personas estén en un país para organizar ese tipo de delitos. Por lo tanto, los terroristas y los delincuentes pueden encontrar lagunas de seguridad en el sistema y pueden funcionar desde lugares inusuales en lugar de en su país de residencia.
La mayoría de los incidentes internacionales futuros, ya sean militares o de espionaje, tendrán una dimensión cibernética. Por lo tanto, resulta muy oportuno considerar la evaluación de estos ataques. En la actualidad se debate la posibilidad de que los incidentes se conviertan en un conflicto bélico insostenible, en el que puedan producirse muertes, destrucción, daños personales o daños a la propiedad. El problema es que atribuir las acciones a un estado en particular es casi imposible. Es difícil reconocer a un atacante particular sin la cooperación precisa del Estado en cuyo territorio se encuentra el atacante.
El impacto del cibercrimen
Los impactos del cibercrimen pueden ser devastadores debido al elevado riesgo de pérdida de datos y al impacto financiero.
En individuos
Violación de datos, robo de identidad, problemas con dispositivos… El cibercrimen puede tener un gran impacto sobre los individuos. Puede que te encuentres con cargos sospechosos en tu tarjeta de crédito como resultado de un robo de identidad, un ataque que exige un rescate de cientos o miles de euros para liberar tus archivos, o costosos cargos en datos o electricidad por parte del criptojacking o las redes de bots. Los costes pueden ser más graves que monetarios cuando el ciberacoso incluye el acoso sexual.
En empresas y gobiernos
Las empresas, así como las organizaciones de salud y los gobiernos, también pueden sufrir la pérdida de datos confidenciales, ingentes pérdidas financieras y daños a la marca. El ransomware contra las pequeñas y medianas empresas en 2019 exigió 5.900 dólares para desbloquear sus archivos o sistemas. Y lo que es mucho peor, el tiempo de inactividad durante estos ataques, les costó a las empresas afectadas un promedio de 141.000 dólares. Esto por no hablar del ransonware contra los gobiernos, como el que hizo que el condado de Jackson, Georgia, pagara 400.000 dólares para restaurar sus sistemas e infraestructura de TI.
Otro término que se utiliza en este context es el de ciberguerra. Echemos un vistazo en profundidad a los dos términos.
¿Qué es el ciberterrorismo?
¿Qué es la ciberguerra?
El concepto de ciberdelincuencia se confunde a menudo con el de ciberterrorismo. El ciberterrorismo es siempre más severo que otros comportamientos que se llevan a cabo en o a través del ciberespacio. La OTAN define el ciberterrorismo como “un ciberataque que utiliza o explota las redes informáticas o de comunicación para causar la suficiente destrucción o perturbación como para generar miedo o intimidar a una sociedad con un objetivo ideológico”.
El concepto de ciberdelincuencia se confunde a menudo con el de ciberterrorismo. El ciberterrorismo es siempre más severo que otros comportamientos que se llevan a cabo en o a través del ciberespacio. La OTAN define el ciberterrorismo como “un ciberataque que utiliza o explota las redes informáticas o de comunicación para causar la suficiente destrucción o perturbación como para generar miedo o intimidar a una sociedad con un objetivo ideológico”.
Ejemplo
La ciberguerra, incluyendo los ataques a la red, han ganado alguna importancia adicional desde el 11 de septiembre. La situación después de los ataques del 11 de septiembre trajo consigo un intenso debate sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación por parte de los terroristas. Este debate se vio facilitado por los informes de que los delincuentes utilizaron Internet en la preparación de su ataque. Aunque los ataques no eran ciberataques, Internet desempeñó un papel importante en la preparación del delito. En este contexto, se descubrieron diferentes formas en las que las organizaciones terroristas utilizan Internet.
Los ordenadores también pueden ser utilizados para atacar y cometer crímenes en el mundo real (violaciones de los derechos de propiedad intelectual, fraudes con tarjetas de crédito, fraudes en la transferencia de fundos electrónicos, pornografía, etc.) e incluso terrorismo. Los terroristas suelen utilizar las tecnologías de la información para planificar y ejecutar sus actividades delictivas. Cuando esto ocurre, se le llama ciberterrorismo. El aumento de la interacción internacional y el uso generalizado de la tecnología de la información ha facilitado el crecimiento de la delincuencia y el terrorismo. Gracias a los avances en la tecnología de las comunicaciones, no es necesario que las personas estén en un país para organizar ese tipo de delitos. Por lo tanto, los terroristas y los delincuentes pueden encontrar lagunas de seguridad en el sistema y pueden funcionar desde lugares inusuales en lugar de en su país de residencia.
La mayoría de los incidentes internacionales futuros, ya sean militares o de espionaje, tendrán una dimensión cibernética. Por lo tanto, resulta muy oportuno considerar la evaluación de estos ataques. En la actualidad se debate la posibilidad de que los incidentes se conviertan en un conflicto bélico insostenible, en el que puedan producirse muertes, destrucción, daños personales o daños a la propiedad. El problema es que atribuir las acciones a un estado en particular es casi imposible. Es difícil reconocer a un atacante particular sin la cooperación precisa del Estado en cuyo territorio se encuentra el atacante.
El impacto del cibercrimen
Los impactos del cibercrimen pueden ser devastadores debido al elevado riesgo de pérdida de datos y al impacto financiero.
En individuos
Violación de datos, robo de identidad, problemas con dispositivos… El cibercrimen puede tener un gran impacto sobre los individuos. Puede que te encuentres con cargos sospechosos en tu tarjeta de crédito como resultado de un robo de identidad, un ataque que exige un rescate de cientos o miles de euros para liberar tus archivos, o costosos cargos en datos o electricidad por parte del criptojacking o las redes de bots. Los costes pueden ser más graves que monetarios cuando el ciberacoso incluye el acoso sexual.
En empresas y gobiernos
Las empresas, así como las organizaciones de salud y los gobiernos, también pueden sufrir la pérdida de datos confidenciales, ingentes pérdidas financieras y daños a la marca. El ransomware contra las pequeñas y medianas empresas en 2019 exigió 5.900 dólares para desbloquear sus archivos o sistemas. Y lo que es mucho peor, el tiempo de inactividad durante estos ataques, les costó a las empresas afectadas un promedio de 141.000 dólares. Esto por no hablar del ransonware contra los gobiernos, como el que hizo que el condado de Jackson, Georgia, pagara 400.000 dólares para restaurar sus sistemas e infraestructura de TI.
Otro término que se utiliza en este context es el de ciberguerra. Echemos un vistazo en profundidad a los dos términos.
¿Qué es el ciberterrorismo?
¿Qué es la ciberguerra?
El concepto de ciberdelincuencia se confunde a menudo con el de ciberterrorismo. El ciberterrorismo es siempre más severo que otros comportamientos que se llevan a cabo en o a través del ciberespacio.
La OTAN define el ciberterrorismo como “un ciberataque que utiliza o explota las redes informáticas o de comunicación para causar la suficiente destrucción o perturbación como para generar miedo o intimidar a una sociedad con un objetivo ideológico”.
El concepto de ciberdelincuencia se confunde a menudo con el de ciberterrorismo. El ciberterrorismo es siempre más severo que otros comportamientos que se llevan a cabo en o a través del ciberespacio.
La OTAN define el ciberterrorismo como “un ciberataque que utiliza o explota las redes informáticas o de comunicación para causar la suficiente destrucción o perturbación como para generar miedo o intimidar a una sociedad con un objetivo ideológico”.
Ejemplo
La ciberguerra, incluyendo los ataques a la red, han ganado alguna importancia adicional desde el 11 de septiembre.
La situación después de los ataques del 11 de septiembre trajo consigo un intenso debate sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación por parte de los terroristas. Este debate se vio facilitado por los informes de que los delincuentes utilizaron Internet en la preparación de su ataque. Aunque los ataques no eran ciberataques, Internet desempeñó un papel importante en la preparación del delito. En este contexto, se descubrieron diferentes formas en las que las organizaciones terroristas utilizan Internet.