Hoy en día, dado el gran avance de las nuevas tecnologías, los niños, adolescentes y jóvenes tienen cada vez más contacto con ellas. De hecho, en numerosas ocasiones, se encargan de enseñar a los adultos que les rodean a utilizar ordenadores, tabletas o teléfonos móviles.
No es posible separar a los menores de estas tecnologías, o al menos, no es fácil. El uso de Internet se ha convertido en algo necesario en los trabajos e incluso en nuestra vida cotidiana. La necesidad de enseñarles a utilizar los dispositivos tecnológicos se ha convertido en un hecho y, por lo tanto, también se ha visto la necesidad de integrarlos en el sistema educativo. En realidad, son un pilar fundamental en su educación y muy útiles a la hora de buscar información y realizar tareas escolares.
Muchos centros ya han incluido plataformas a través de las cuales ofrecen recursos en línea a sus alumnos, les envían tareas e incluso les piden que entreguen dichas tareas a través de la plataforma. En este punto en el que mantenerlos alejados de las tecnologías de la información es tan difícil e incluso contraproducente, parece apropiado considerar cómo protegerlos.
Los peligros que pueden afectar a los niños, adolescentes y jóvenes en Internet son múltiples, empezando por el ciberacoso o el sexting, que pueden ocurrir con personas que conocen y están a su alrededor (de su escuela o de su vecindario, por ejemplo), e incluso continuando con las amenazas externas, que son las que provienen de extraños. Las personas desconocidas tienen la posibilidad de recopilar información sobre menores y contactar con ellos, no siempre con las mejores intenciones.
Además, herramientas tecnológicas como los teléfonos móviles u ordenadores portátiles dan acceso a los menores a una gran cantidad de contenido web que puede ser completamente inapropiado, como el contenido violento, la pornografía o contenido radical. Uno de los aspectos que más preocupan a los padres y que puede llevar a los menores a cualquiera de las amenazas mencionadas son las redes sociales. Las redes sociales permiten el acceso de menores que entran por debajo de la edad estipulada para su uso, porque pueden mentir fácilmente y marcar la edad deseada sin que se haga ninguna verificación.
Antes de la aparición de las nuevas tecnologías, todo el proceso de experimentación, establecimiento de nuevas relaciones, etc. por el que pasan los menores, ocurría ante los ojos de todos. Era más visible. Por eso el ejercicio del control parental era mucho más sencillo y no había tantas complicaciones para alejar los peligros. Es también por eso que, hoy en día, la definición de control parental adquiere nuevos matices y nuevos medios, pero sigue manteniendo su esencia. El control parental se define, por lo tanto, como:
Definición
Control parental
… la forma en que los padres supervisan e intervienen, si es necesario, para garantizar que las experiencias y los procesos de socialización y crecimiento personal de sus hijos se produzcan adecuadamente y sin riesgos para ellos.
Los riesgos a los que se enfrentan los menores no han cambiado en esencia, sino la manera y los medios a través de los cuales pueden verse amenazados. Las nuevas formas de riesgo conducen a nuevas formas y métodos de control parental para garantizar la seguridad de los menores.
Ejemplo
Por ejemplo, los niños pueden sufrir intimidación en forma de insultos, rechazo, amenazas, ridiculización o difusión de bromas, ya sea cara a cara o a través de Internet, llegando más rápido y más lejos.
Un sistema de control parental es una herramienta que permite a los padres controlar y/o limitar el contenido al que sus hijos pueden acceder a Internet desde sus dispositivos, ya sean ordenadores, móviles o tabletas. Existen muchas herramientas parentales diferentes y pueden ser utilizadas en los dispositivos de los menores para detener algunas acciones, páginas o contenidos o para controlarlos desde el mismo dispositivo o incluso desde el dispositivo de los adultos.
Ejemplo
Si los padres están preocupados por la seguridad de sus hijos, deben considerar qué dispositivos utiliza el niño y la edad de este. Existen aplicaciones y programas para controlar el uso de Internet, pero no todos están disponibles en todos los dispositivos. La edad del niño también guiará a los padres a elegir una herramienta u otra, ya que pueden esperar cosas diferentes según sus necesidades. Para los pequeños, puede ser una herramienta adecuada en el mismo dispositivo para detener el contenido que no está hecho para los niños, mientras que para los adolescentes puede ser necesario controlar la hora en el mismo dispositivo o lo que ven desde los dispositivos de los padres. Las herramientas de control parental están disponibles en todos los dispositivos, pero si se desea algo más específico, se pueden encontrar otras herramientas en las tiendas en línea o en las tiendas de aplicaciones o herramientas ofrecidas por las compañías de seguros y de seguridad y los proveedores de Internet.
En general, los sistemas de control parental con los que contamos hoy en día se utilizan para garantizar la seguridad de los menores en la red, evitando así posibles amenazas y malas experiencias. Más específicamente, los sistemas de control parental son herramientas que han sido diseñadas para bloquear y filtrar el acceso a diferentes puntos de Internet y para vigilar su uso. Estas herramientas ofrecen cada vez más funcionalidades y pueden ser personalizadas y adaptadas a las necesidades de los padres. Estas funcionalidades pueden dividirse en las siguientes secciones:
– Monitoreo: para realizar un seguimiento de la actividad en línea. Permite al usuario analizar dónde entra el niño, generando avisos si entra en sitios web no recomendados.
– Controlar el contacto con otras personas: esta funcionalidad permite al usuario evitar el contacto de su hijo con extraños, que según el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), ocurre en el 40% de los menores.
– Limitar el tiempo de uso: permite controlar tanto el tiempo máximo de acceso del niño como el tiempo en el que tiene permiso para mantener el dispositivo encendido.
– Controlar el acceso a sitios inapropiados: permite al usuario controlar o bloquear el acceso a sitios web cuyos contenidos son sensibles para edades tempranas o que comprometen sus datos.
– Restringir las aplicaciones: esta funcionalidad impide el uso o la descarga de ciertas aplicaciones.
– Evitar las compras en línea: es posible desactivar la compra, intencionada o no, de aplicaciones u otros artículos en línea.
– Geolocalización: permite conocer la ubicación exacta del niño.
– Segundo factor de autenticación: además de la contraseña para desbloquear el dispositivo, se requiere un código que se envía a los padres para desbloquear el dispositivo. De esta manera, son los padres los que dan acceso a los menores en todo momento.
– Bloqueo de llamadas.
Todas estas formas de control parental se utilizan para garantizar la seguridad de los menores, protegiéndolos de extraños y de contenidos o páginas inapropiadas. También ayudan a proteger a los niños y adolescentes del uso indebido de Internet por parte de ellos mismos o de otros, ya sea de forma intencionada o no. Esta protección puede llevarse a cabo mediante la vigilancia del uso de Internet por parte de los niños o mediante el bloqueo y el control de diferentes funciones.
En el caso de los pequeños, las herramientas de control parental que suelen elegirse son las que limitan e impiden el acceso a determinados contenidos inapropiados para su edad o limitan el tiempo de uso de las diferentes aplicaciones y dispositivos. Estas herramientas utilizan diferentes técnicas para lograrlo. La mayoría de ellas utilizan listas en las que se filtran los sitios que no deben ser vistos (listas negras) o permiten el acceso sólo a los contenidos que están en las listas blancas, listas de contenidos adecuados para los pequeños. También es posible bloquear el acceso a contenidos con determinadas palabras clave (pornografía, drogas, compras, etc.), lo que puede dar lugar a que se bloqueen páginas adecuadas para los menores debido a falsos positivos. Además, este tipo de herramientas de control parental permiten también bloquear el acceso a aplicaciones específicas, permitir su uso sólo sin acceso a Internet, desactivar la función de chat o controlar el tiempo y el horario en que se les da acceso.
Por otro lado, y pensando en los adolescentes, también se han creado herramientas de control parental que permiten el uso de dispositivos electrónicos y la vigilancia de la actividad. Se llega a un punto en el que los niños necesitan utilizar sus dispositivos con mayor libertad, mientras que su conocimiento de estas herramientas aumenta y sienten curiosidad por saber más y contactar con otras personas. A partir de estas herramientas de control parental que permiten a los padres monitorear la actividad, es posible conocer los servicios a los que acceden los adolescentes, lo que hacen, las personas con las que contactan y dónde se conectan. Esto último es posible gracias al GPS y a las técnicas de localización que incluyen todos los dispositivos móviles.
Este control parental se puede ejercer desde diferentes puntos:
– Routers y servidores DNS (Domain Name System): el router es el acceso digital de una casa y a través de él se pueden gestionar las restricciones de navegación de todos los dispositivos que se conectan a él. Desde el router es posible controlar y filtrar los contenidos a los que tienen acceso y a los que ya han accedido todos estos dispositivos conectados, marcar los límites de tiempo de conexión y aplicar filtros en las páginas web. También puede ser filtrado por los servidores DNS.
Análisis
Es una buena opción para controlar todos los dispositivos de la casa, pero puede no ser la mejor opción si se quieren establecer restricciones específicas para cada dispositivo. Además, no es posible controlar los dispositivos cuando no se encuentran conectados al servidor.
– El dispositivo en sí: todos los dispositivos que tenemos en casa (ordenadores, tabletas, teléfonos móviles e incluso juguetes) incluyen paquetes de control parental y permiten bloquear el acceso a contenidos que no son adecuados y controlar la actividad en línea.
Análisis
Al encontrarse incluido en el dispositivo, no necesitamos buscar otros sistemas de control parental y evitamos pagar por este servicio. Además, nos permite aplicar el control en cada dispositivo individualmente. Sin embargo, no suele ser posible personalizar y adaptar el servicio a nuestras necesidades.
– Software: Además de los programas de control informático que protegen contra diversos peligros que podemos encontrar en Internet, como virus y malware, también es posible bloquear sitios web, marcar límites de tiempo o controlar la actividad en línea, recibir resúmenes o información sobre chats.
Análisis
Puede ser menos intuitivo que otras herramientas, pero es posible controlar tanto el contenido visitado en Internet como el uso del propio dispositivo.
– El navegador de Internet: a través del navegador, es posible establecer filtros y evitar que se abran ciertos sitios web e incluso se pueden seleccionar los dominios que se desee bloquear.
Análisis
Es muy útil bloquear las direcciones que contienen ciertas palabras, páginas específicas o todas aquellas páginas que pertenecen a ciertas categorías. Aunque esta herramienta es muy útil para controlar el uso de Internet, no sirve para controlar el dispositivo en sí.
– APPs: Son aptas para cualquier dispositivo móvil, a través del cual los menores suelen conectarse. Con estas aplicaciones es posible controlar los sitios que visitan, el tiempo que pasan, evitar la descarga de otras aplicaciones, evitar el contacto con extraños e impedir la divulgación de sus datos.
Análisis
Se trata de potentes herramientas a elegir de entre el gran número existente y que son fáciles de instalar y usar. El único problema es que estas aplicaciones suelen estar disponibles para teléfonos móviles y a veces para tabletas, pero no siempre para otros dispositivos como ordenadores o portátiles.
El nivel de supervisión que ofrecen estas aplicaciones, especialmente este último grupo de herramientas, es muy alto, lo que puede llevar a ser percibidas como intrusivas. Además, así como los menores tienen derecho a ser protegidos contra todas las formas de abuso que se puedan encontrar en la red, también tienen derecho a la privacidad. Por consiguiente, es aconsejable no hacer un uso abusivo de esos instrumentos de control parental, evaluar su utilización y tratar de establecer relaciones de confianza con los niños que promuevan el diálogo.
Hoy en día, dado el gran avance de las nuevas tecnologías, los niños, adolescentes y jóvenes tienen cada vez más contacto con ellas. De hecho, en numerosas ocasiones, se encargan de enseñar a los adultos que les rodean a utilizar ordenadores, tabletas o teléfonos móviles.
No es posible separar a los menores de estas tecnologías, o al menos, no es fácil. El uso de Internet se ha convertido en algo necesario en los trabajos e incluso en nuestra vida cotidiana. La necesidad de enseñarles a utilizar los dispositivos tecnológicos se ha convertido en un hecho y, por lo tanto, también se ha visto la necesidad de integrarlos en el sistema educativo. En realidad, son un pilar fundamental en su educación y muy útiles a la hora de buscar información y realizar tareas escolares.
Muchos centros ya han incluido plataformas a través de las cuales ofrecen recursos en línea a sus alumnos, les envían tareas e incluso les piden que entreguen dichas tareas a través de la plataforma. En este punto en el que mantenerlos alejados de las tecnologías de la información es tan difícil e incluso contraproducente, parece apropiado considerar cómo protegerlos.
Los peligros que pueden afectar a los niños, adolescentes y jóvenes en Internet son múltiples, empezando por el ciberacoso o el sexting, que pueden ocurrir con personas que conocen y están a su alrededor (de su escuela o de su vecindario, por ejemplo), e incluso continuando con las amenazas externas, que son las que provienen de extraños. Las personas desconocidas tienen la posibilidad de recopilar información sobre menores y contactar con ellos, no siempre con las mejores intenciones.
Además, herramientas tecnológicas como los teléfonos móviles u ordenadores portátiles dan acceso a los menores a una gran cantidad de contenido web que puede ser completamente inapropiado, como el contenido violento, la pornografía o contenido radical. Uno de los aspectos que más preocupan a los padres y que puede llevar a los menores a cualquiera de las amenazas mencionadas son las redes sociales. Las redes sociales permiten el acceso de menores que entran por debajo de la edad estipulada para su uso, porque pueden mentir fácilmente y marcar la edad deseada sin que se haga ninguna verificación.
Antes de la aparición de las nuevas tecnologías, todo el proceso de experimentación, establecimiento de nuevas relaciones, etc. por el que pasan los menores, ocurría ante los ojos de todos. Era más visible. Por eso el ejercicio del control parental era mucho más sencillo y no había tantas complicaciones para alejar los peligros. Es también por eso que, hoy en día, la definición de control parental adquiere nuevos matices y nuevos medios, pero sigue manteniendo su esencia. El control parental se define, por lo tanto, como:
Definición
Control parental
… la forma en que los padres supervisan e intervienen, si es necesario, para garantizar que las experiencias y los procesos de socialización y crecimiento personal de sus hijos se produzcan adecuadamente y sin riesgos para ellos.
Los riesgos a los que se enfrentan los menores no han cambiado en esencia, sino la manera y los medios a través de los cuales pueden verse amenazados. Las nuevas formas de riesgo conducen a nuevas formas y métodos de control parental para garantizar la seguridad de los menores.
Ejemplo
Por ejemplo, los niños pueden sufrir intimidación en forma de insultos, rechazo, amenazas, ridiculización o difusión de bromas, ya sea cara a cara o a través de Internet, llegando más rápido y más lejos.
Un sistema de control parental es una herramienta que permite a los padres controlar y/o limitar el contenido al que sus hijos pueden acceder a Internet desde sus dispositivos, ya sean ordenadores, móviles o tabletas. Existen muchas herramientas parentales diferentes y pueden ser utilizadas en los dispositivos de los menores para detener algunas acciones, páginas o contenidos o para controlarlos desde el mismo dispositivo o incluso desde el dispositivo de los adultos.
Ejemplo
Si los padres están preocupados por la seguridad de sus hijos, deben considerar qué dispositivos utiliza el niño y la edad de este. Existen aplicaciones y programas para controlar el uso de Internet, pero no todos están disponibles en todos los dispositivos. La edad del niño también guiará a los padres a elegir una herramienta u otra, ya que pueden esperar cosas diferentes según sus necesidades. Para los pequeños, puede ser una herramienta adecuada en el mismo dispositivo para detener el contenido que no está hecho para los niños, mientras que para los adolescentes puede ser necesario controlar la hora en el mismo dispositivo o lo que ven desde los dispositivos de los padres. Las herramientas de control parental están disponibles en todos los dispositivos, pero si se desea algo más específico, se pueden encontrar otras herramientas en las tiendas en línea o en las tiendas de aplicaciones o herramientas ofrecidas por las compañías de seguros y de seguridad y los proveedores de Internet.
En general, los sistemas de control parental con los que contamos hoy en día se utilizan para garantizar la seguridad de los menores en la red, evitando así posibles amenazas y malas experiencias. Más específicamente, los sistemas de control parental son herramientas que han sido diseñadas para bloquear y filtrar el acceso a diferentes puntos de Internet y para vigilar su uso. Estas herramientas ofrecen cada vez más funcionalidades y pueden ser personalizadas y adaptadas a las necesidades de los padres. Estas funcionalidades pueden dividirse en las siguientes secciones:
– Monitoreo: para realizar un seguimiento de la actividad en línea. Permite al usuario analizar dónde entra el niño, generando avisos si entra en sitios web no recomendados.
– Controlar el contacto con otras personas: esta funcionalidad permite al usuario evitar el contacto de su hijo con extraños, que según el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), ocurre en el 40% de los menores.
– Limitar el tiempo de uso: permite controlar tanto el tiempo máximo de acceso del niño como el tiempo en el que tiene permiso para mantener el dispositivo encendido.
– Controlar el acceso a sitios inapropiados: permite al usuario controlar o bloquear el acceso a sitios web cuyos contenidos son sensibles para edades tempranas o que comprometen sus datos.
– Restringir las aplicaciones: esta funcionalidad impide el uso o la descarga de ciertas aplicaciones.
– Evitar las compras en línea: es posible desactivar la compra, intencionada o no, de aplicaciones u otros artículos en línea.
– Geolocalización: permite conocer la ubicación exacta del niño.
– Segundo factor de autenticación: además de la contraseña para desbloquear el dispositivo, se requiere un código que se envía a los padres para desbloquear el dispositivo. De esta manera, son los padres los que dan acceso a los menores en todo momento.
– Bloqueo de llamadas.
Todas estas formas de control parental se utilizan para garantizar la seguridad de los menores, protegiéndolos de extraños y de contenidos o páginas inapropiadas. También ayudan a proteger a los niños y adolescentes del uso indebido de Internet por parte de ellos mismos o de otros, ya sea de forma intencionada o no. Esta protección puede llevarse a cabo mediante la vigilancia del uso de Internet por parte de los niños o mediante el bloqueo y el control de diferentes funciones.
En el caso de los pequeños, las herramientas de control parental que suelen elegirse son las que limitan e impiden el acceso a determinados contenidos inapropiados para su edad o limitan el tiempo de uso de las diferentes aplicaciones y dispositivos. Estas herramientas utilizan diferentes técnicas para lograrlo. La mayoría de ellas utilizan listas en las que se filtran los sitios que no deben ser vistos (listas negras) o permiten el acceso sólo a los contenidos que están en las listas blancas, listas de contenidos adecuados para los pequeños. También es posible bloquear el acceso a contenidos con determinadas palabras clave (pornografía, drogas, compras, etc.), lo que puede dar lugar a que se bloqueen páginas adecuadas para los menores debido a falsos positivos. Además, este tipo de herramientas de control parental permiten también bloquear el acceso a aplicaciones específicas, permitir su uso sólo sin acceso a Internet, desactivar la función de chat o controlar el tiempo y el horario en que se les da acceso.
Por otro lado, y pensando en los adolescentes, también se han creado herramientas de control parental que permiten el uso de dispositivos electrónicos y la vigilancia de la actividad. Se llega a un punto en el que los niños necesitan utilizar sus dispositivos con mayor libertad, mientras que su conocimiento de estas herramientas aumenta y sienten curiosidad por saber más y contactar con otras personas. A partir de estas herramientas de control parental que permiten a los padres monitorear la actividad, es posible conocer los servicios a los que acceden los adolescentes, lo que hacen, las personas con las que contactan y dónde se conectan. Esto último es posible gracias al GPS y a las técnicas de localización que incluyen todos los dispositivos móviles.
Este control parental se puede ejercer desde diferentes puntos:
– Routers y servidores DNS (Domain Name System): el router es el acceso digital de una casa y a través de él se pueden gestionar las restricciones de navegación de todos los dispositivos que se conectan a él. Desde el router es posible controlar y filtrar los contenidos a los que tienen acceso y a los que ya han accedido todos estos dispositivos conectados, marcar los límites de tiempo de conexión y aplicar filtros en las páginas web. También puede ser filtrado por los servidores DNS.
Análisis
Es una buena opción para controlar todos los dispositivos de la casa, pero puede no ser la mejor opción si se quieren establecer restricciones específicas para cada dispositivo. Además, no es posible controlar los dispositivos cuando no se encuentran conectados al servidor.
– El dispositivo en sí: todos los dispositivos que tenemos en casa (ordenadores, tabletas, teléfonos móviles e incluso juguetes) incluyen paquetes de control parental y permiten bloquear el acceso a contenidos que no son adecuados y controlar la actividad en línea.
Análisis
Al encontrarse incluido en el dispositivo, no necesitamos buscar otros sistemas de control parental y evitamos pagar por este servicio. Además, nos permite aplicar el control en cada dispositivo individualmente. Sin embargo, no suele ser posible personalizar y adaptar el servicio a nuestras necesidades.
– Software: Además de los programas de control informático que protegen contra diversos peligros que podemos encontrar en Internet, como virus y malware, también es posible bloquear sitios web, marcar límites de tiempo o controlar la actividad en línea, recibir resúmenes o información sobre chats.
Análisis
Puede ser menos intuitivo que otras herramientas, pero es posible controlar tanto el contenido visitado en Internet como el uso del propio dispositivo.
– El navegador de Internet: a través del navegador, es posible establecer filtros y evitar que se abran ciertos sitios web e incluso se pueden seleccionar los dominios que se desee bloquear.
Análisis
Es muy útil bloquear las direcciones que contienen ciertas palabras, páginas específicas o todas aquellas páginas que pertenecen a ciertas categorías. Aunque esta herramienta es muy útil para controlar el uso de Internet, no sirve para controlar el dispositivo en sí.
– APPs: Son aptas para cualquier dispositivo móvil, a través del cual los menores suelen conectarse. Con estas aplicaciones es posible controlar los sitios que visitan, el tiempo que pasan, evitar la descarga de otras aplicaciones, evitar el contacto con extraños e impedir la divulgación de sus datos.
Análisis
Se trata de potentes herramientas a elegir de entre el gran número existente y que son fáciles de instalar y usar. El único problema es que estas aplicaciones suelen estar disponibles para teléfonos móviles y a veces para tabletas, pero no siempre para otros dispositivos como ordenadores o portátiles.
El nivel de supervisión que ofrecen estas aplicaciones, especialmente este último grupo de herramientas, es muy alto, lo que puede llevar a ser percibidas como intrusivas. Además, así como los menores tienen derecho a ser protegidos contra todas las formas de abuso que se puedan encontrar en la red, también tienen derecho a la privacidad. Por consiguiente, es aconsejable no hacer un uso abusivo de esos instrumentos de control parental, evaluar su utilización y tratar de establecer relaciones de confianza con los niños que promuevan el diálogo.